Una de las cosas más fundamentales a la hora de afrontar un juego de póker Texas Holdem, es conocer cuáles son los conceptos de engaño que existen en este mundillo. Os estoy hablando, de un viejo conocido por nosotros, el bluff, y de otro del que hasta ahora no hemos hablado de él: el slowplaying.
A continuación, procedemos a exponeros en qué consisten estos dos sistemas y qué diferencias hay entre hacer un bluff y slowplayear»(como se dice vulgarmente):
Juego de póker Texas Holdem – Bluffing
Por contra de lo que mucha gente puede llegar a pensar, el bluff es una jugada que en determinados niveles de juego, tiene poco sentido hacer por la poca efectividad de dicha jugada (en microlímites, por ejemplo, es poco útil). En raras ocasiones, los jugadores no llegan hasta el showdown, por lo tanto no tiene ninguna utilidad asustar a las personas para que se salgan del bote. Es preferible esperar que esperes para utilizar esta técnica hasta que juegues en límites más altos.
Cuando seas parte de un juego con límite más alto, lo mejor es utilizar el bluff es una buena jugada a utilizar cuando tratemos de representar algo, y haya solamente uno o dos oponentes en el pot. Por ejemplo, apostar en el flop con una carta alta en la mesa puede representar una pareja o algún proyecto.
Juego de póker Texas Holdem – Slowplaying
Slowplaying, básicamente, significa engañar a nuestros oponentes haciéndoles pensar que poseemos una mano menor de la que realmente tenemos. Por ejemplo, supongamos que tenemos KK y el flop es K77. Tenemos un full realizado con las cartas del flop únicamente, teniendo la jugada más elevada el 99% de las veces (salvo que de la casualidad de que nuestro oponente )
No es necesario asustar a los demás jugadores para que se retiren del bote porque hay poca probabilidad de que alguien os pueda ganar, por lo que lo que se trata, es sacarle el mayor beneficio que podamos. Por lo tanto, deberíamos esperar hasta el turn o quizá hasta el river para apostar y/o resubir.
Para utilizar el slowplay, deben cumplirse estas dos condiciones: Poseer una mano muy potente, que sea la más fuerte en casi todas las situaciones; y que solamente entraremos en acción si salen otras cartas que puedan mejorar las manos de nuestros oponentes, pero que las mismas no sean lo suficientemente buenas como para ganarle a nuestra mano.












