A pesar de lo que mucha gente pueda llegar a pensar, el juego de póker Texas Holdem tiene muchas similitudes con cualquier otro tipo de negocio que podamos emprender. El riesgo, realmente, es la posibilidad de que no se concreten las expectativas normales de las decisiones que van orientadas al logro de algún tipo de meta en concreto.
En algunas circunstancias el riesgo está fuera de nuestro propio manejo y control situacional, y el hecho de que algo debe cambiar antes de que ocurra un desastre, poder advertirlo y, en su caso, implementar acciones que nos permitan resolver lo este tipo de contingencias. Realmente, estas son características de cualquier negocio, pero también lo son del juego de póker Texas Holdem.
Por ejemplo, es obvio que no se puede evitar un terremoto, pero si podemos levantar construcciones apropiadas y seguras en los ámbitos propensos a que se produzcan. En el mismo orden, gastaríamos innecesariamente por demás, y afectaríamos nuestro capital, si decidiéramos construir con esas particularidades en lugares en los que es improbable que ello ocurra.
El riesgo no se puede eliminar ni en la actividad empresaria ni en el juego de póker Texas Holdem tampoco, porque es inherente el hecho de comprometer recursos actuales en busca de resultados futuros. En toda gestión financiera (empresas o poker) las decisiones se vinculan:
- Inversión inicial, que en ambos casos se produce (en mayor o en menor grado) y su mantenimiento con el tiempo
- Invertir o no invertir (apostar o no apostar), según una ecuación conveniente para nuestro sistema de juego o el riesgo implícito que puede llegar a suponer el negocio.
- La identificación de las oportunidades rentables (jugar o foldear, los niveles de apuestas, etc.)
- Capacidad de analizar los resultados (gracias a los datos que nos ofrece el HUD)
- Variación del estilo de negocio o del tipo de juego que se emprende
