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Jugar al póker: Lectura de la mano del rival

Jugar al póker: Lectura de la mano del rival

Una debilidad típica de los novatos es jugar al póker  únicamente en función de nuestra mano y de las posibilidades que, a partir de ella, tenemos de hacer una determinada jugada. Sin embargo, tan o más importante que esto, es medir la potencia que tiene la mano de nuestros rivales, pues la real fuerza que tiene nuestro propio juego  la relativa y no la absoluta.

El menosprecio de  la fortaleza de la mano de nuestro adversario, es posiblemente,  uno de los factores que más pérdidas y frustraciones provoca. Todos nos debemos aplicar por tratar de descubrir con qué  cartas juegan nuestros oponentes o, como se suele decir habitualmente, situarles en un rango, para estar en las mejores condiciones para decidir.

Y esta habilidades más difícil de aprender o de aplicar que lo que parece. Primero, porque al jugar al póker, no hay fórmulas mágicas ni infalibles. En todo caso, habrá aproximaciones más o menos confiables, dado que debe inferirse en función de parámetros que no son seguros ni estables.Entonces, ¿cuál es la mejor manera de hacerlo?

Jugar al póker – Matemáticas

La tarea comienza apenas recibimos las cartas individuales. Quizás un ejemplo burdo nos ayude a captar la idea más fácilmente. Supongamos que nuestro adversario entra en juego aproximadamente 1 de cada 200 rondas (ejemplo extremo, obviamente), esto es el 0,5% de las oportunidades.

De ello se infiere que sólo juega con A Corazones- A Trebol ó A Diamante- K Diamante suited, dado que las probabilidades de recibir estas manos son de 0,45% y 0,3% respectivamente. Si esto se lo proyecta a todos los casos, según la cantidad o porcentaje de rondas que juegan, tendremos un parámetro matemático de su rango de manos. Para que esta información sea más completa, hay que ponderar, adicionalmente, la posición desde la cual deciden jugar, dado que esa selectividad tiene relación directa con la ubicación en la mesa.

Una vez conocidas las cartas comunitarias, se puede evaluar el segundo aspecto. ¿Qué manos nos ganan? ¿Cuál es nuestra probabilidad? ¿Hasta qué valores podemos o debemos apostar según nuestras odds?, etc. Para ilustrarlo, otro ejemplo simple: tenemos 8 Corazones- 8 Diamante y el board muestra:

  • J de diamantes,
  • 8 de picas,
  • 2 de trébol
  • 5 de corazones
  • K de picas

Venimos apostando moderadamente (para que no se escapen) y, luego del river, queda un solo rival y no estamos seguros de su juego. ¿Cuál será su mano? ¿Con qué nos pagó? ¿Por qué llegó hasta el river? ¿Qué chances hay de que su juego sea mejor que el nuestro? Deduzcamos lo que puede tener y el resto de las odds implícitas.

Sabemos que tiene cartas altas, porque en el flop no hay draws a color ni a escalera; por ende, si siguió pagando hasta el river, no lo hizo para concretar un juego sino por el valor de sus naipes. Podría haber pagado con cualquier J Pica y kicker mayor, pero estaría perdiendo.

¿Cuáles son las posibles manos que nos ganan? Sólo un par de Js o un par de Ks. ¿Y cuál es la probabilidad de que alguien los haya recibido?: 0,9%. Como vemos, esta información ayuda a evaluar la probabilidad de ganar y, conociendo el valor del bote,el de nuestras pot odds. Y, todo ello, para determinar el monto de las apuestas que conviene hacer o, en su caso, aceptar.

No todos los casos son sencillos –la mayoría, por el contrario, son complejos- y sólo el tiempo, el estudio y la práctica contribuirán a facilitar la tarea. Por ahora,basta con conocerlo, entenderlo y ejercitarlo.