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Jugar al póker: Inteligencia emocional

Jugar al póker: Inteligencia emocional

Tiene una gran importancia, realizar una buena gestión emocional a la hora de jugar al póker, más de lo que nos podemos llegar a plantear. Esta situación, se puede extrapolar a otros muchos juegos, como por ejemplo un partido de tenis, una partida de ajedrez , una negociación, o la realización de un examen, donde inteligencia emocional y racional deben ir dadas de la mano para asegurar el triunfo.

La inteligencia emocional, es la conciencia de tu conciencia. Un jugador de póker con una alta inteligencia emocional es capaz de evaluar sus fortalezas y debilidades franca y honestamente, con aceptación, y sin temores. Un jugador de póker sin este don, tendrá muy complicado poder tener éxito en su empresa profesional.

Y es que en el póker, como en la vida, no es útil ignorar las emociones. Lo realmente inteligente es conocerlas, conocerte a ti mismo y utilizar toda la información que te dan para conseguir tus objetivos.

Un jugador de póker, debe conocer sus emociones y gestionarlas adecuadamente. Parece obvio, pero como bien sabéis a estas alturas los jugadores expertos, el  tilt es uno de los mayores peligros a los que se puede enfrentar cualquiera. Para ello, es necesario saber evaluar en qué punto en concreto nos encontramos y cómo ser capaces de afrontar y sobreponernos a situaciones de aparente riesgo.

Un mal control emocional, supone que nos vamos a desviar significativamente de nuestros objetivos a conseguir- Es decir, ponernos nerviosos o coléricos, va a perjudicar seriamente la forma en la que tenemos de interpretar determinadas jugadas, haciéndonos más propensos a tomar determinadas decisiones sumamente descabellas, como call al determinados all in que no haríamos.

Por tanto, es fundamental para cuando queramos jugar al póker, que sepamos autogestionar nuestras  emociones y que aprendamos cuáles son las posibles amenazas que nuestra personalidad pueda suponer a nuestro juego. Nos ahorrará mucho dinero.