A la hora de jugar al póker, jugar con confianza es crucial. Como bien sabéis, el póker es un juego sumamente psicológico, y a parte de las variables estadísticas es importante ser estoico y fuerte mentalmente para aguantar las embestidas de la varianza o de las provocaciones de determinados jugadores cuando estamos en vivo.
La realidad, es que cuando tenemos una serie de malas jugadas que afectan a nuestro juego, nuestra confianza decae brutalmente ya que nos tiembla la mano o no nos atrevemos a la hora de hacer lo que tenemos que hacer en situaciones delicadas.
Es complicado jugar al póker cuando hemos perdido 5 all in pre flop yendo por delante, y aunque no lo fuéramos tampoco es un acontecimiento favorable. Cuando sabemos que tenemos que hacer call a determinados 3bet o hacerlos nosotros, nos tiembla el pulso y no los hacemos.
Para ello, es bueno que pongamos remedio antes de que esto nos acabe pasando de forma permanente hasta que dejemos de jugar al póker. Por ejemplo, marcándonos un horario y cortándolo cuando nos esté afectando psicológicamente, antes si cabe de que empecemos a perder confianza y a cometer errores carísimos.
La verdad, es que si conseguimos evitar que nuestro juego se deteriore por nuestra confianza, conseguiremos mejorar a la larga. Otra de las vías, es hablando con otros jugadores de nuestro entorno, que puedan reforzar nuestras conductas y comportamientos, racionalizando lo ocurrido. El apoyo de otros profesionales, sin duda, nos ayudará a ganar confianza y a saber lo que estamos haciendo bien o mal.
Lo que está claro, es que tenemos que analizar hasta qué punto la varianza es lo que nos ha afectado a la hora de jugar y no determinadas acciones incorrectamente realizadas. Analizar nuestro sistema de juego, sin duda nos ayudará a mejorar al jugar al póker y es fundamental que cada cierto tiempo, revisemos nuestras bases de datos.
