No será la primera vez ni la última que veamos a todo un genio del juego desfilar entre dos disciplinas distintas. Lo importante para estos jugadores es ser capaces de darse cuenta del don que han adquirido y aprovecharlo como se merece. Ya sea desesperando a los dueños de una sala de juegos o ya sea mostrando sus mejores artes frente a una computadora en una mesa de juego online. Si se tienen las características adecuadas no importa demasiado el lugar.
El estadounidense Andy Bloch fue capaz de destacar en todos los sectores. El Foxwoods Casino de Connecticut lo comprobó en sus propias tablas con partidas de blackjack espectaculares que dieron muchas ganancias a este intrépido personaje. Es curioso que casinos tan famosos como los de Las Vegas, que tan clásicos y conocidos son en Estados Unidos, no terminaran de llamar su atención.
El apodado como “The Rock” arrancó en esta disciplina, en el blackjack, desde una edad muy temprana. Desde pequeño se había concentrado en sus estudios y estos empezaron a coger forma cuando se matriculó en el MIT. Allí, el popular equipo de blackjack de la universidad le acogió con las manos abiertas después de que comprobaran la facilidad que tenía con los juegos de azar y con los naipes. Durante años se costeó sus estudios gracias a sus ganancias con el equipo, llegando incluso a llevarse más de 100.000 dólares en una sola partida.
Pero Bloch se dio cuenta de que eso no era lo que él deseaba para su futuro y comenzó su primer trabajo en una compañía eléctrica. Tras dos años alejado de las mesas, el natural de New Haven decidió regresar al mundillo cuando fue despedido por problemas con su jefe. El Foxwoods fue su lugar de reencuentro con las apuestas y el poker fue el juego que llamó su atención. En la variante Hickok 6-card fue un maestro, desarrollando una estrategia que le daba hasta un 6% de ventaja sobre la banca, según sus propias palabras. Aun así, eso no iba a poder sustentar su estilo de vida. Hacía falta algo más.
El poker era la respuesta, pero no en dicha variante. No había otro remedio que aventurarse en el Texas Holdem y Bloch no vaciló a pesar de ser amateur. El americano se lanzó a un torneo de apuestas sin límite y para sorpresa de todos se lo adjudicó. Aun así, tuvo muchas dudas de si la decisión era correcta y quiso asegurarse otra posible vía lanzándose a estudiar derecho en Harvard. Al igual que en su etapa anterior, ahora era el poker el aval con el que contaba para soportar los gastos de matrícula. Gastos ampliamente superados por los beneficios con el paso del tiempo.
Y es que cinco años más tarde de haberse iniciado en aquel torneo sin límite, Bloch pasó a tener la oportunidad de acudir al evento principal de las World Series of Poker. Este coincidía con las últimas semanas de clases en la facultad, pero Andy tuvo claro que no se lo podía perder por nada del mundo. Su titulación se fue retrasando poco a poco conforme llegaba más y más lejos en el torneo año a año. Incluso en otras variantes se fue haciendo fuerte y labrando su propia fortuna.
En 2001 llegó a dos mesas finales de las WSOP y al año siguiente hizo otras dos del World Poker Tour, además de adjudicarse el torneo Seven-card stud del Foxwoods. Posteriormente se unió al Equipo Full Tilt de una sala irlandesa de poker, ganó el Ultimate Poker Challenge y el Pro-Am Poker Equalizer, y acumuló subcampeonatos en el evento HORSE de las WSOP 2006, en el Campeonato nacional de Poker NBC Heads-Up y en el Pot-Limit Holdem de 10.000 dólares de las WSOP 2008. Más de 4 millones ya estaban en sus arcas tras todo ello.
En 2012 le llegaría el gran premio de adjudicarse su primer brazalete de las WSOP en el evento $ 1.500 Seven Card Stud. Bloch quedó por encima de más de 300 jugadores que iniciaron la competencia y se adjudicó 126.363 dólares tras un cara a cara final con Barry Greenstein. Su legado en el poker estaba más que garantizado después de tantas hazañas y el buen trabajo realizado a lo largo de su vida profesional. De hecho, se le atribuye ser uno de los desarrolladores de la estrategia del conteo de cartas en el blackjack, y sus experiencias quedaron descritas en el libro “Bringing Down the house” para futuros jugadores.
Sus ganancias en el Full Tilt Poker y gran parte de lo conseguido en las WSOP fueron a parar a organizaciones benéficas y eventos en los que el destino fuera la caridad. Así lo reconoció también en otra de sus obras, “Life Lessons: Hold’em Poker Style”, en esta ocasión orientado única y exclusivamente al poker. En el enseña aplicaciones de este juego a la vida diaria, como él hacía.
Poco a poco se ha ido apagando su llama, aunque en alguna ocasión aparece en torneos destacados donde sigue mostrando sus artes. Un tipo muy preparado y que aun así tuvo el juego como un medio para ganarse la vida. Muy profesional y poco avaricioso, se ganó el derecho de ser recordado como un jugador muy especial tanto en el blackjack como en el poker. En las versiones online de ambos seguirá dando el callo hasta decir basta.
No conocia a este hombre, buena historia
Esta genial la historia, muy bien redactada